¿Y si el covid-19 fuera bueno para nosotros?

Este artículo es simplemente una reflexión personal.

 

Desde hace algún tiempo, la gran novedad de la investigación médica es el reconocimiento de nuestra microbiota. En otras palabras, estamos en proceso de aceptar la idea de que cohabitamos en simbiosis con un mundo de bacterias y otros microbios sin los cuales no podríamos vivir. Esto está en total contradicción con las teorías de Pasteur, que sin embargo siguen siendo objeto de una veneración ilimitada. Esta comprensión supone una gran revolución en la microbiología de la última década: necesitamos a los microbios para vivir, y necesitamos vivir en armonía con ellos. Se calcula que sólo en nuestro tracto digestivo tenemos casi tres kilos de bacterias. Sin ellas, no podríamos digerir correctamente, no tendríamos inmunidad y no tendríamos ciertos neurotransmisores como la serotonina, que parece ser producida al ritmo de 90% por ciertas bacterias.
La población de nuestra microbiota también refleja nuestro estado de salud. En otras palabras, si comemos mal, si estamos expuestos a sustancias tóxicas, si estamos estresados, si no hacemos ejercicio, etc., acabamos teniendo una microbiota desestructurada en relación con nuestras necesidades, mientras que si comemos principalmente productos vegetales no adulterados ni envenenados, debería ser perfecta y permitirnos gozar de buena salud.

 Del mismo modo, hoy en día hay muchas preguntas sobre el virome humano (o virobiota), porque también albergamos constantemente miles de virus. El código genético de los seres vivos sólo puede cambiar y evolucionar de dos maneras: mediante la reproducción, que requiere cierto tiempo, o mediante los virus. Es perfectamente conocido, por ejemplo, que el útero es un órgano que se ha adquirido gracias a la intervención de un virus. Esto podría llevarnos a pensar que si el sistema inmunitario se ve afectado por un virus, es porque le ha abierto la puerta porque porta información que podría ser beneficiosa. De lo contrario, no responderíamos al virus. Desde un punto de vista filosófico, se podría pensar que no tendría ninguna lógica que Dios o el Universo produjeran seres vivos cuya finalidad fuera erradicar su propia creación. 

Entonces, ¿por qué se asocia a los virus con esta imagen radical y definitiva de patógenos virulentos? Por supuesto, algunas personas tienen reacciones más o menos graves ante la presencia de virus, pero ¿no sería más interesante analizar la otra cara de la moneda: cómo es posible que las personas infectadas por un virus supuestamente peligroso puedan ser perfectamente asintomáticas?

La idea es que la transformación provocada por el virus en el organismo será más o menos aceptada o tolerada. En el entendimiento de que esta transformación se considera fundamentalmente beneficiosa para la evolución de la persona. Así, para algunas personas, el virus y su acción sobre el genoma son perfectamente aceptados, mientras que para otras existe una forma de rechazo por parte del organismo que desemboca en una forma sintomática.

 La analogía más cercana sería la actualización de programas informáticos. Una actualización tiene por objeto mejorar el código de un programa. Normalmente, se hace todo lo posible para que una actualización salga a la perfección, pero ¿quién no ha experimentado que todo falla durante una intervención de este tipo?

 

Anticuerpos

 Una vez realizada correctamente la actualización, el ordenador registrará que hemos pasado de la versión 1.6 a la versión 2.0 de nuestro software, por ejemplo. No será necesario volver a ejecutar la operación, y el ordenador reconocerá y bloqueará la repetición de esta actualización para un número de versión equivalente.

En el cuerpo humano ocurre exactamente lo mismo: lo que llamamos anticuerpos son los marcadores que demuestran que el virus ha actualizado efectivamente el organismo. 

 De hecho, la vacunación parece ser un proceso que permite engañar al organismo presentando una falsa prueba de actualización. Habremos conseguido provocar la producción de anticuerpos específicos contra el virus, aunque la actualización no haya sido eficaz. Por una parte, se habrá evitado que un cierto número de personas sucumban al riesgo de efectos secundarios inducidos por el virus; por otra, el virus no habrá evolucionado.

Sin embargo, si hemos de creer a la vieja escuela de médicos homeópatas, se reconoce perfectamente que es beneficioso dejar que los virus se salgan con la suya y que se debe permitir que los niños contraigan enfermedades infantiles porque son útiles para su desarrollo. Esto no excluye en absoluto el hecho de que, obviamente, es importante apoyar y tratar la enfermedad para minimizar sus efectos nocivos.

 Por ejemplo, hoy en día casi el 80% de la población es portadora del virus del herpes sin ningún problema de salud. Esta es la historia del éxito de la cohabitación con los virus: vivir en armonía con otras especies sin causar daños. Esta es una de las demostraciones que nos llevan cada vez más a reconocer que, contrariamente a las viejas ideas, la evolución natural está mucho más marcada por la noción de cooperación que por la de competencia.

 Desde este punto de vista, la mejor forma de combatir los efectos deletéreos de los virus no sería intentar contrarrestarlos o erradicarlos, sino más bien acompañarlos, ayudar al organismo a aceptar el proceso propuesto por el virus para que no se oponga y para que todos puedan convertirse en portadores sanos. Intentar erradicar un virus es tan absurdo como intentar construir diques para impedir que el agua penetre en la tierra. No se puede luchar contra las fuerzas de la naturaleza, pero sí apoyarlas y crear vías de paso para que el agua pueda fluir de forma controlada sin destruir las viviendas a su paso.

 

 Covid-19

 Ahora, el reto de la investigación consiste en intentar comprender el papel evolutivo de cada virus para poder prestar el mejor apoyo posible a su proyecto específico.

En cuanto a Covid-19, mi propia hipótesis es la siguiente: ante el cambio climático y la reducción del oxígeno en la atmósfera en forma de O2Para ello, necesitamos que nuestro sistema respiratorio capte el oxígeno de la molécula de dióxido de carbono, CO2.

 Dos factores clave me llevaron por este camino:

  • He observado una incidencia muy elevada de alergia al CO2 en personas que se habían infectado sintomáticamente pero que anteriormente no mostraban absolutamente ningún rastro de sensibilidad respiratoria. De hecho, los únicos casos de sensibilidad a los componentes atmosféricos (principalmente O2 y CO2) sólo suelen observarse en personas con afecciones respiratorias crónicas graves.
  • Los estudios han demostrado que los peces se enfrentan cada vez más a problemas de orientación, con una serie de consecuencias. ¿Cuál es la razón? Una pérdida del sentido del olfato debida a la concentración acelerada de CO2 en los océanos. A confirmar si efectivamente los síntomas recurrentes de pérdida de gusto y olfato son del mismo orden.

 

Vacunación

Hoy en día es muy difícil conseguir un informe objetivo sobre el tema tabú de la vacunación, porque los debates son muy apasionados y están distorsionados por cuestiones políticas y económicas.

Sin embargo, lo que es perfectamente observable es que la vacunación en sí no es en absoluto una operación inocua para el organismo. Como cualquier medicamento, no sólo conlleva el riesgo de efectos secundarios, sino que también, y sobre todo, provoca lo que se conoce como "estrés vacunal". El estrés vacunal se tolera más o menos bien, dependiendo del individuo y de su edad. Por ejemplo, es perfectamente inadecuado vacunar a los niños pequeños antes de que su sistema inmunitario esté suficientemente desarrollado, es decir, a partir de los 3 años. De hecho, la vacunación puede ser el primer gran estrés infligido al organismo de un niño. Una vez comprendido que existe una fuerte correlación entre sensibilidad y estrés, es fácil establecer el vínculo entre el estrés vacunal y los niños alérgicos o intolerantes. Por supuesto, la vacunación no es en absoluto la única fuente de alergia, ni mucho menos, pero la incidencia de alérgicos con estrés vacunal demostrado no es insignificante.

 ¿Cuáles son los efectos secundarios de la vacunación en términos de sensibilidad?

  • Alergia o intolerancia a cualquier principio activo o excipiente contenido en la vacuna (por ejemplo, lactosa).
  • Alergia o intolerancia a cualquier sustancia externa ingerida o encontrada en el momento del pico de estrés vacunal.
  • Dificultad del organismo para eliminar las sustancias tóxicas contenidas en la vacuna, lo que puede aumentar el riesgo de efectos secundarios a largo plazo.

 Desde hace muchos años, la homeopatía (isoterapia) y los métodos de desprogramación de las sensibilidades utilizan los compuestos de alta dilución presentes en las vacunas tradicionales para desintoxicar el organismo de estas sustancias. Cuanto antes se lleve a cabo esta operación, mayores serán los beneficios para las personas con formas graves de efectos secundarios relacionados con la vacunación.

 

 ¿Qué debo hacer con Covid-19?

  1. Para combatir el "estrés vacunal Covid-19", y del mismo modo que para las fórmulas vacunales tradicionales, el laboratorio Lumen Care ha desarrollado una mezcla de sustancias basada en los ingredientes de las 4 vacunas distribuidas en Francia: Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson.
    Por lo tanto, el beneficio esperado debería ser el mismo que el de los reactivos de desintoxicación tradicionales.
    Por otra parte, actualmente es imposible codificar nada sobre los efectos inducidos por la formulación del ARN mensajero.
    Esta formulación no vacuna ni desvacuna en ningún caso.
    > Este tratamiento puede tomarse como medida preventiva o curativa DESPUÉS DE LA VACUNACIÓN.
  2. Para prevenir las formas sintomáticas de la infección por Covid-19, el laboratorio Lumen Care ha desarrollado una formulación denominada "Covid Facilitator". El objetivo es preparar o ayudar al organismo a aceptar el virus y minimizar su reactividad:
    > Este tratamiento debe tomarse como medida preventiva antes de la infección, o como medida curativa en cuanto aparezcan los primeros síntomas. Dejará de ser tan eficaz una vez que el organismo haya pasado a una forma sintomática aguda, una vez que el virus se haya desactivado, pero esto está por comprobar.

 Para mayor facilidad de uso, las fórmulas "Vacuna de estrés" y "Covid Facilitador" se han combinado para formar el "Complejo Covid".

 Dosificación Tratamiento de 1 mes, utilizando el protocolo tradicional de Reinformación Vibratoria.

Tiempo de uso : Prevención de Covid ahora, y lo antes posible después de vacuna contra el estrés desintoxicación.

 Si se supone que el tratamiento es preventivo para el Covid, desde luego no lo es para el estrés vacunal. Así que incluso si lo haces por su efecto facilitador de Covid, tendrás que hacerlo una segunda vez después de la vacunación.

 

Está disponible en :

  • Para los profesionales de la reinformación vibratoria, solicite los reactivos estándar por unidad (frasco de 10 ml y probador) a su área de terapeutas.
  • Para los particulares, en una cápsula de tratamiento a pedir a esta dirección: https://www.lumen-care.com/reinformation/complexe-covid-19/

 

Advertencia importante El objetivo de este producto es "facilitar" la vida de las personas que viven con el VIH, por lo que hasta la fecha es imposible garantizar su eficacia, al menos en lo que se refiere a su afirmación "facilitadora".

Por supuesto, no hay absolutamente ningún riesgo de efectos secundarios, aparte de su posible ineficacia contra el problema en sí (Covid o vacunación).

Como no estamos en condiciones de realizar pruebas en condiciones adecuadas, sólo sus comentarios podrán ayudarnos a avanzar en esta cuestión, ya sean positivos o negativos.

Por lo tanto, le ruego que nos mantenga informados de cualquier experiencia probada con este tratamiento.

 

Olivier Coen